Todas sabemos que en el siglo XXI a la imagen física de las personas se le da mucha importancia, tanto que en muchas ocasiones esa obsesión por la perfección hace que el abuso de la cirugía estética pase de mejorar nuestros rasgos faciales o nuestros cuerpos a convertirnos en auténticos monstruos.
El paso por el quirófano de famosas
La realidad es que este tipo de intervenciones tienen un alto precio lo que las hacen inaccesibles para muchas. Hay que recordar que ni la sanidad pública ni los seguros privados se hacen cargo de este tipo de intervenciones si no son por problemas de salud.
Pero lo cierto es que hay un estrato de la sociedad que no escatima en gastos en cuanto a belleza se trata, nos referimos a las famosas.
Hay famosas que han sabido sacar partido a su físico y a su dinero, por ejemplo Elsa Pataky. Es indudable que su paso por el quirófano fue todo un éxito, operó su nariz, pómulos y pecho entre otras cosas.
María José Suárez, por ejemplo, a pesar de haber sido considerada la mujer más guapa de España en el año 96, tras ganar el certamen de Miss España, aprovechó el tirón para hacerse una mamoplastia, una rinoplastia y corregir el estrabismo de sus ojos.
Dentro del mundo de la música también se cuida mucho la imagen, Marta Sánchez optó por aumentar el volumen de sus labios y de sus pómulos así como inyectarse botox para dar un aspecto más joven a su piel. Madonna a pesar de sus 54 años ha recurrido a la cirugía para seguir siendo el icono sexual que era en los 80, retocándose los labios, párpados y rellenando las arrugas de la zona nasal.
Sin embargo el dinero no nos garantiza un estándar de belleza, más bien es nuestro sentido común el que tiene que reinar para evitar dejarnos la cara como un cuadro. Sino que se lo pregunten a Lara Dibildos o Nicole Kidman que optaron por el uso del botox y los retoques faciales convirtiéndose en muñecas de porcelana.
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